1. Señor, escucha mi oración, atiende a mis plegarias, respóndeme tú que eres fiel y justo.

2. No llames a juicio a tu siervo pues no hay quien sea justo en tu presencia.

3. El enemigo corre tras mi vida, me aplasta contra el suelo, y me manda de vuelta a las tinieblas junto a los muertos sin edad ni tiempo.

4. Mi espíritu en mí desfallece, mi corazón se asusta en mi interior.

5. Me acuerdo de los días de otro tiempo, medito en todas tus acciones, en la obra de tus manos reflexiono.

6. Alargo a ti mis manos, mi alma es una tierra sedienta de ti.

7. Apresúrate, Señor, en responderme, porque me estoy quedando sin resuello, no me escondas tu cara, que no sea de los que bajan a la fosa.

8. Hazme sentir tu amor desde la mañana, pues en ti yo confío; haz que sepa el camino que he de seguir, pues levanto a ti mi alma.

9. Líbrame, Señor, de mis enemigos, pues me escondí cerca de ti.

10. Enséñame a que haga tu voluntad ya que tú eres mi Dios; que tu buen espíritu me guíe por un terreno plano.

11. Por el honor de tu nombre, Señor, haz que yo viva, tú que eres justo, sácame del aprieto.

12. Por tu amor aniquila a mis contrarios, y destruye a mis opresores, pues yo soy tu servidor.





“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina