Encontrados 149 resultados para: veces

  • Tres veces al año ofrecía Salomón holocaustos y sacrificios de reconciliación sobre el altar que había levantado y quemaba incienso delante del Señor cuando hubo ultimado el templo. (I Reyes 9, 25)

  • El Señor se irritó contra Salomón por haber desviado su corazón del Señor, Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces (I Reyes 11, 9)

  • Luego se tendió sobre el niño tres veces y clamó al Señor así: "¡Señor, Dios mío, te ruego que devuelvas la vida a este niño!". (I Reyes 17, 21)

  • Y dijo a su criado: "Sube y mira en dirección del mar". Subió, miró y dijo: "No hay nada". Le dijo: "Sube hasta siete veces". (I Reyes 18, 43)

  • El rey le dijo: "¿Cuántas veces te voy a decir que no digas más que la verdad en nombre del Señor?". Miqueas contestó: (I Reyes 22, 16)

  • Eliseo se apartó y se puso a pasear por la casa de acá para allá. Luego subió y se tendió sobre él. Entonces el niño estornudó hasta siete veces y abrió los ojos. (II Reyes 4, 35)

  • Pero Eliseo le mandó a decir: "Anda, báñate siete veces en el Jordán, y tu cuerpo quedará limpio". (II Reyes 5, 10)

  • Entonces bajó, se bañó siete veces en el Jordán, como había dicho el hombre de Dios, y su cuerpo quedó limpio como el de un niño. (II Reyes 5, 14)

  • El rey de Israel, pues, mandó gente al lugar que el hombre de Dios le había avisado, y estuvo en guardia no una ni dos veces. (II Reyes 6, 10)

  • Y añadió: "Toma las flechas". Y las tomó. Eliseo entonces ordenó al rey de Israel: "Golpea el suelo". Lo golpeó tres veces, y se paró. (II Reyes 13, 18)

  • Entonces el hombre de Dios se irritó contra él y dijo: "Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado a Siria hasta exterminarlo; pero ahora lo derrotarás sólo tres veces". (II Reyes 13, 19)

  • Joás, hijo de Joacaz, quitó a Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que éste había arrebatado en la guerra a su padre, Joacaz. Le derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel. (II Reyes 13, 25)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina