Encontrados 366 resultados para: siete

  • Junto con el pan, ofreceréis en holocausto al Señor siete corderos de un año sin defecto, un novillo y dos carneros con la ofrenda y las libaciones: es una ofrenda quemada, un perfume agradable en honor del Señor. (Levítico 23, 18)

  • "Di a los israelitas: El quince de este mes séptimo se celebrará durante siete días la fiesta de los tabernáculos en honor del Señor. (Levítico 23, 34)

  • Los siete días presentaréis ofrendas quemadas en honor del Señor; el día octavo celebraréis asamblea santa y presentaréis una ofrenda quemada en honor del Señor: es día de asamblea; no haréis en él trabajo alguno. (Levítico 23, 36)

  • El día quince del séptimo mes, cuando hayáis hecho la recolección de los frutos de la tierra, celebraréis la fiesta del Señor durante siete días; el día primero y el octavo serán días de descanso absoluto. (Levítico 23, 39)

  • El primer día tomaréis los mejores frutos, ramos de palmera, ramas de árboles frondosos, sauces de las riberas, y os regocijaréis durante siete días en presencia del Señor, vuestro Dios. (Levítico 23, 40)

  • Celebraréis la fiesta en honor del Señor durante siete días, año tras año. Es ley perpetua para vuestras sucesivas generaciones. Celebraréis esta fiesta en el séptimo mes; (Levítico 23, 41)

  • durante los siete días viviréis en tiendas. Todos los israelitas vivirán en tiendas, (Levítico 23, 42)

  • "Contarás siete semanas de años, o sea, siete por siete, cuarenta y nueve años. (Levítico 25, 8)

  • Si todavía no me obedecéis, multiplicaré por siete mis castigos por vuestros pecados; (Levítico 26, 18)

  • Si todavía seguís obstinados contra mí y no me queréis obedecer, multiplicaré siete veces más mis castigos por vuestros pecados; (Levítico 26, 21)

  • yo me obstinaré también contra vosotros y multiplicaré de nuevo por siete mis castigos por vuestros pecados; (Levítico 26, 24)

  • yo me obstinaré con furor contra vosotros y multiplicaré por siete una vez más mis castigos por vuestros pecados. (Levítico 26, 28)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina