Encontrados 366 resultados para: siete

  • saldrá fuera, a la puerta de la casa, y la cerrará durante siete días. (Levítico 14, 38)

  • Tomará la madera de cedro, el hisopo, la cinta de lana escarlata y el ave viva, lo mojará todo en la sangre del ave inmolada sobre el agua corriente y hará siete aspersiones sobre la casa. (Levítico 14, 51)

  • Cuando el paciente esté curado de su derrame, contará siete días para su purificación; lavará sus vestidos, bañará su cuerpo en agua corriente y será puro. (Levítico 15, 13)

  • "Cuando una mujer tenga su período normal de menstruación, será considerada impura durante siete días. El que la toque será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 19)

  • Si un hombre se acuesta con ella, contrae la impureza de su menstruación y será impuro durante siete días; todo lecho sobre el que duerma será impuro. (Levítico 15, 24)

  • Cuando esté curada de su hemorragia, contará siete días, pasados los cuales será pura. (Levítico 15, 28)

  • Tomará luego la sangre del novillo, asperjará con el dedo el lado oriental del propiciatorio; hará siete aspersiones de sangre con el dedo delante del propiciatorio. (Levítico 16, 14)

  • y la rociará con el dedo por siete veces sobre el altar, purificándolo y santificándolo de las impurezas de los israelitas. (Levítico 16, 19)

  • "Cuando nace un becerro, un cordero o un cabrito, estarán siete días con su madre; a partir del día octavo podrán ser aceptados como ofrendas quemadas en honor del Señor. (Levítico 22, 27)

  • y el día quince del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura del Señor: durante siete días comeréis pan sin levadura. (Levítico 23, 6)

  • Los siete días presentaréis al Señor ofrendas quemadas. El día séptimo será día de asamblea santa y no haréis en él trabajo alguno". (Levítico 23, 8)

  • "A partir del día después del sábado, a saber, del día en que hayáis ofrecido la gavilla con el rito de presentación, contaréis siete semanas completas. (Levítico 23, 15)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina