Encontrados 310 resultados para: profeta Eliseo

  • Eliseo le dijo: "Agárrala", y el otro alargó la mano y la recogió. (II Reyes 6, 7)

  • Y uno de sus ayudantes respondió: "Nadie, oh rey, mi señor; Eliseo, el profeta que vive en Samaría, es el que comunica al rey de Israel incluso todo lo que tú dices en tu dormitorio". (II Reyes 6, 12)

  • El criado del hombre de Dios se levantó de madrugada y, al salir, vio la tropa que sitiaba la ciudad con caballos y carros. El muchacho dijo a Eliseo: "¡Ay, señor mío!, ¿qué hacemos?". (II Reyes 6, 15)

  • Y Eliseo oró así: "Señor, ábrele los ojos para que vea". Y el Señor abrió los ojos del muchacho, el cual vio el monte repleto de caballos y carros de fuego, que rodeaban a Eliseo. (II Reyes 6, 17)

  • Y cuando los sirios bajaban contra él, Eliseo oró al Señor de esta manera: "Ciega a esa gente". Y el Señor los dejó ciegos, como había pedido Eliseo. (II Reyes 6, 18)

  • Eliseo les dijo: "No es éste el camino, ni ésta la ciudad. Seguidme y os guiaré donde está el hombre que buscáis". Y los llevó a Samaría. (II Reyes 6, 19)

  • Y cuando llegaron a Samaría, Eliseo dijo: "Señor, ábreles los ojos, para que vean". El Señor les abrió los ojos, y vieron que estaban en medio de Samaría. (II Reyes 6, 20)

  • El rey de Israel, al verlos, dijo a Eliseo: "Padre mío, ¿los mato?". (II Reyes 6, 21)

  • Luego dijo: "El Señor me castigue si la cabeza de Eliseo, hijo de Safat, queda hoy sobre sus hombros". (II Reyes 6, 31)

  • Eliseo estaba sentado en su casa, con los ancianos que le rodeaban, cuando el rey le envió a un mensajero; pero antes de que el mensajero llegase, Eliseo había dicho a los ancianos: "¿Habéis visto cómo este hijo de asesino ha mandado a cortarme la cabeza? Mirad, cuando el mensajero llegue, cerrad la puerta y no le dejéis pasar. ¿No sentís el ruido de los pasos de su señor detrás de él?". (II Reyes 6, 32)

  • Entonces Eliseo dijo: "Escuchad la palabra del Señor. Esto dice el Señor: Mañana a estas horas, a la puerta de Samaría, quince kilos de flor de harina se conseguirán por una moneda de plata, y treinta kilos de cebada también por una moneda". (II Reyes 7, 1)

  • El oficial sobre cuyo brazo solía apoyarse el rey dijo al hombre de Dios: "Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?". Eliseo respondió: "Pues bien, tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello". (II Reyes 7, 2)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina