Encontrados 132 resultados para: mismos

  • Entonces Josué dijo al pueblo: "Vosotros sois testigos contra vosotros mismos de que habéis elegido al Señor para servirle". Y respondieron: "Somos testigos". (Josué 24, 22)

  • Os exigirá el diezmo de vuestros rebaños, y vosotros mismos seréis sus esclavos. (I Samuel 8, 17)

  • Entonces gritaréis contra el rey que vosotros mismos habéis elegido, pero el Señor no os atenderá". (I Samuel 8, 18)

  • Sin embargo, cometió los mismos pecados que Jeroboán, hijo de Nabat, hizo cometer a Israel. (II Reyes 3, 3)

  • rechazaron sus preceptos, la alianza que había hecho con sus padres y las amonestaciones que les había dirigido, siguieron a ídolos vanos y se hicieron ellos mismos vanos imitando a las gentes circunvecinas, siendo así que el Señor les había ordenado que no obrasen como ellas. (II Reyes 17, 15)

  • Daban también culto al Señor. Nombraron sacerdotes de entre ellos mismos para que oficiaran el culto en los santuarios de las colinas. (II Reyes 17, 32)

  • Sus mismos servidores tramaron una conjura contra él y lo asesinaron en su propia casa; (II Reyes 21, 23)

  • Decid: "¡Sálvanos, oh Dios, salvación nuestra!; reúnenos y sácanos de en medio de las gentes, para que podamos glorificar tu nombre y nosotros mismos nos gloriemos en tu alabanza. (I Crónicas 16, 35)

  • Más aún, levantó lugares de culto sobre los montes de Judá, empujó hacia la idolatría a los mismos habitantes de Jerusalén y sedujo a Judá. (II Crónicas 21, 11)

  • Sus mismos servidores tramaron una conjura contra él y lo asesinaron en su propia casa. (II Crónicas 33, 24)

  • Levantaron el altar sobre sus mismos cimientos, a pesar del miedo que tenían a la población del país, y ofrecieron en él holocaustos al Señor: los holocaustos de la mañana y de la tarde. (Esdras 3, 3)

  • los sacerdotes y levitas se habían purificado: todos eran puros; ofrecieron el sacrificio de la pascua por todos los repatriados, por sus hermanos, los sacerdotes, y por ellos mismos. (Esdras 6, 20)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina