Encontrados 39 resultados para: guía divina

  • Moisés dijo a Aarón, a Eleazar e Itamar, hijos de Aarón: "No os despelucéis ni rasguéis vuestras vestiduras; así no moriréis ni se encenderá la ira divina contra toda la comunidad; vuestros hermanos, toda la casa de Israel, son los que deben llorar a los que el Señor ha destruido por el fuego. (Levítico 10, 6)

  • Moisés insistió: "No nos dejes, pues tú conoces bien los lugares donde podremos acampar en el desierto y podrás ser nuestro guía. (Números 10, 31)

  • Todo Israel se enteró de la sentencia que el rey había pronunciado y todos temieron al rey, viendo que había en él una sabiduría divina para administrar justicia. (I Reyes 3, 28)

  • Quinientos simeonitas se fueron al monte Seír bajo la guía de Pelatías, Nearías, Refayas y Uziel, hijo de Yisí; (I Crónicas 4, 42)

  • Desde el día que saqué a mi pueblo de Egipto, no he escogido ninguna otra ciudad de entre las tribus de Israel para que se me construyera en ella un templo como morada de mi nombre, ni tampoco he elegido un hombre para guía de mi pueblo Israel; (II Crónicas 6, 5)

  • Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a imágenes de Aserá y a otros ídolos. Esto provocó la cólera divina, que cayó sobre Judá y Jerusalén. (II Crónicas 24, 18)

  • Luego me levanté de noche, con unos cuantos hombres, sin manifestar a nadie lo que por inspiración divina iba a hacer por Jerusalén, llevando sólo el caballo que yo montaba. (Nehemías 2, 12)

  • Y preguntó: "Cananeos, decidme quién es el pueblo que habita en las montañas, cuáles son las ciudades que ocupa, qué contingente tiene de tropas, en qué consiste su fuerza y su poder, quién es el rey que guía su ejército (Judit 5, 3)

  • y conforta mi alma; me guía por los senderos de justicia, por amor a su nombre; (Salmos 23, 3)

  • que este Dios es nuestro Dios por los siglos de los siglos. Él nos guía. (Salmos 48, 15)

  • Salmo de Asaf Dios se levanta en la asamblea divina, juzga en medio de los dioses. (Salmos 82, 1)

  • Recorrió las ciudades de Judá, exterminó a los malvados y apartó de Israel la cólera divina. (I Macabeos 3, 8)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina