Encontrados 189 resultados para: fiesta de las Tiendas

  • el criminal Jasón envió a la fiesta desde Jerusalén espectadores, ciudadanos antioquenos, que llevaban trescientas dracmas de plata para el sacrificio de Hércules; pero dijeron que no convenía emplearlas en el sacrificio, sino en otros gastos. (II Macabeos 4, 19)

  • Llegó a Jerusalén y, simulando la paz, esperó hasta el sábado. Entonces, viendo a los judíos en fiesta, mandó hacer un desfile militar (II Macabeos 5, 25)

  • Por el contrario, eran violentamente obligados a celebrar cada mes, con sacrificios, la fiesta del rey; y cuando llegaban las fiestas de Baco, eran forzados a ceñir sus frentes con hiedra, y así tomar parte en las procesiones. (II Macabeos 6, 7)

  • Durante ocho días celebraron con regocijo la fiesta como la de los tabernáculos, recordando que poco antes habían pasado la fiesta de los tabernáculos en montes y cuevas, como si fueran animales salvajes. (II Macabeos 10, 6)

  • Judas se convenció de que podrían ser útiles, y accedió a hacer con ellos la paz. Una vez hecha, se volvieron a sus tiendas. (II Macabeos 12, 12)

  • Judas y sus hombres les dieron las gracias, encareciéndoles que fueran siempre benévolos con su pueblo; después se volvieron a Jerusalén, pues ya estaba cercana la fiesta de pentecostés. (II Macabeos 12, 31)

  • Después de la fiesta de pentecostés marcharon contra Gorgias, gobernador de Idumea. (II Macabeos 12, 32)

  • fijándose como día festivo el 13 del mes duodécimo, adar en arameo, día que precede a la fiesta de Mardoqueo. (II Macabeos 15, 37)

  • Por la prosperidad de los justos se alegra la ciudad; cuando perecen los injustos, hay fiesta. (Proverbios 11, 10)

  • Cuando los justos triunfan, la fiesta es grande; cuando dominan los injustos, todo el mundo se esconde. (Proverbios 28, 12)

  • Morena soy, pero hermosa, hijas de Jerusalén, como las tiendas de Quedar, como los pabellones de Salomón. (Cantar 1, 5)

  • Atravesaron un desierto inhabitable, y en parajes inaccesibles plantaron sus tiendas. (Sabiduría 11, 2)


“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina