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  • Me volveré contra vosotros, y seréis vencidos por vuestros enemigos; éstos os dominarán, y huiréis aunque nadie os persiga. (Levítico 26, 17)

  • Más aún, no la comeréis un día, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte, (Números 11, 19)

  • Dos de ellos habían permanecido en el campamento: uno se llamaba Eldad y otro Medad. También sobre ellos se posó el espíritu, ya que pertenecían a los elegidos, aunque no se habían presentado en la tienda, y se pusieron a profetizar en el campamento. (Números 11, 26)

  • Todavía tenían la carne entre los dientes, sin haberla aún acabado, cuando el Señor montó en cólera contra el pueblo y lo hirió con una gran plaga. (Números 11, 33)

  • y gritaron a toda la comunidad: "La tierra que hemos recorrido y explorado es una tierra buena; más aún, muy buena. (Números 14, 7)

  • Balaán les respondió: "Aunque Balac me diera su casa llena de plata y oro, yo no podría traspasar las órdenes del Señor, mi Dios, en cosa alguna, grande o pequeña; (Números 22, 18)

  • que, aunque me dieras tu casa llena de oro y plata, yo no podría traspasar las órdenes del Señor ni hacer por propia iniciativa cosa alguna, buena o mala, sino que diría fielmente lo que dijera el Señor? (Números 24, 13)

  • Más aún; no queremos heredad alguna al otro lado del Jordán, ni más allá, puesto que nuestra heredad estará de este lado del Jordán, en la parte oriental". (Números 32, 19)

  • Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por sus dominios, pues el Señor, tu Dios, había hecho inflexible su espíritu y había endurecido su corazón, con el fin de ponerlo en tus manos, como aún lo está hoy. (Deuteronomio 2, 30)

  • Más aún, el Señor, tu Dios, enviará tábanos contra ellos hasta hacer perecer a los sobrevivientes o a los que se hubieran escondido. (Deuteronomio 7, 20)

  • Mira; del Señor, tu Dios, son los cielos, aun los más altos, la tierra y todo lo que hay en ella. (Deuteronomio 10, 14)

  • Pero no comeréis los siguientes, aunque sean rumiantes y tengan la pezuña partida: el camello, la liebre y el tejón, porque son rumiantes pero no tienen la pezuña partida; debéis tenerlos por impuros. (Deuteronomio 14, 7)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina