Encontrados 125 resultados para: Ninguno

  • Ninguno de ellos se acercará a un cadáver para no contaminarse. Pero podrán contaminarse con el cadáver del padre o de la madre, de un hijo o una hija, de un hermano o una hermana aún no casada. (Ezequiel 44, 25)

  • El príncipe no podrá apoderarse de nada de los bienes del pueblo, despojándolo de su propiedad; sólo su propia hacienda pasará en herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de mi pueblo sea privado de la propiedad que le corresponde. (Ezequiel 46, 18)

  • El rey se entretuvo hablando con ellos, pero entre todos los otros no encontró ninguno que pudiese compararse con Daniel, Ananías, Misael y Azarías; por eso quedaron ellos al servicio del rey. (Daniel 1, 19)

  • Muchos serán acrisolados, purificados y blanqueados; los criminales continuarán cometiendo crímenes; ninguno de ellos comprenderá nada; los sabios, en cambio, comprenderán. (Daniel 12, 10)

  • El pariente que saque los cadáveres de la casa dirá al que está dentro de ella: "¿Hay alguno contigo?". Responderá: "Ninguno". Él dirá: "¡Silencio!". No pronunciemos el nombre del Señor. (Amós 6, 10)

  • Por eso no habrá en ti ninguno que mida con la cuerda las porciones en la comunidad del Señor. (Miqueas 2, 5)

  • Cada cual se sentará bajo su parra, a la sombra de su higuera, y ninguno vendrá a turbar su paz; lo ha dicho el Señor omnipotente. (Miqueas 4, 4)

  • ¿No se venden dos pájaros por unos cuartos? Y, sin embargo, ninguno de ellos cae en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. (Mateo 10, 29)

  • Ninguno de los siete dejó descendencia. Finalmente murió también la mujer. (Marcos 12, 22)

  • Y había muchos leprosos en Israel cuando Eliseo profeta, pero ninguno de ellos fue limpiado de su lepra sino Naamán, el sirio". (Lucas 4, 27)

  • Una mujer que padecía hemorragias desde hacía doce años y que había gastado en médicos toda su fortuna sin que ninguno pudiera curarla, (Lucas 8, 43)

  • ¿No se venden cinco pájaros por unos cuartos? Y, sin embargo, Dios no se olvida de ninguno de ellos. (Lucas 12, 6)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina