Encontrados 1411 resultados para: Ner

  • Ésta es la razón por la que los israelitas, aún hoy, no comen el nervio ciático, que está en la articulación del muslo, porque el ángel dio un golpe a Jacob en la articulación del muslo, en el nervio ciático. (Génesis 32, 33)

  • se llevaron prisioneros a todos los niños y a las mujeres y saquearon lo que había en las casas. (Génesis 34, 29)

  • Ellos tomaron la túnica de José, degollaron un cabrito y tiñeron la túnica con la sangre. (Génesis 37, 31)

  • Luego ella se levantó y se fue. Se quitó el velo y volvió a ponerse la ropa de viuda. (Génesis 38, 19)

  • Judá los examinó y dijo: "Ella es más justa que yo, porque yo no le he dado por esposo a mi hijo Selá". Y ya no volvió a tener relaciones con ella. (Génesis 38, 26)

  • al cabo de tres días el Faraón te pondrá en libertad y te repondrá en tu cargo; volverás a poner la copa del Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. (Génesis 40, 13)

  • José, viendo que el hambre se había extendido por todo el país, abrió los graneros y vendía a los egipcios; el hambre se iba agravando más y más en Egipto. (Génesis 41, 56)

  • Enviad uno de vosotros a buscar a vuestro hermano y los demás quedad prisioneros. Así se comprobarán vuestras palabras, y se verá si decís o no verdad. Si no, ¡vive el Faraón, que sois espías!". (Génesis 42, 16)

  • José mandó que les llenaran los sacos de trigo, que les metieran el dinero de cada uno en su saco y que les dieran provisiones para el viaje. Y así se hizo. (Génesis 42, 25)

  • Al acampar por la noche, uno de ellos abrió su saco para dar de comer a su asno y vio que su dinero estaba en la boca del saco, (Génesis 42, 27)

  • y dijo a sus hermanos: "Me han devuelto mi dinero: está aquí en mi saco". Con el corazón sobresaltado y temblando se decían unos a otros: "¿Qué es lo que Dios nos ha hecho?". (Génesis 42, 28)

  • Cuando vaciaron los sacos, cada uno encontró en su saco la bolsa del dinero. Al verlas, su padre y ellos se echaron a temblar. (Génesis 42, 35)


“Seja perseverante nas orações e nas santas leituras.” São Padre Pio de Pietrelcina