Encontrados 236 resultados para: Ellas

  • Si ellas se casan con alguno de otras tribus de Israel, su heredad será sustraída de la heredad de nuestros padres para ir a aumentar la parte de la tribu a la que ellas van a pertenecer, mientras será reducida la parte que a nosotros ha caído en suerte. (Números 36, 3)

  • No te postrarás ante ellas ni les darás culto, pues yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo las faltas de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, (Deuteronomio 5, 9)

  • pues ellas desviarían a tus hijos de su fidelidad y los arrastrarían a servir a otros dioses, y la ira de Dios se encendería contra vosotros y os destruiría bien pronto. (Deuteronomio 7, 4)

  • Hice, pues, un arca de madera de acacia, tallé dos tablas de piedra como las primeras y subí con ellas a la montaña. (Deuteronomio 10, 3)

  • Si oyes decir que en una de las ciudades que el Señor te ha dado para habitar en ellas, (Deuteronomio 13, 13)

  • Si el Señor, tu Dios, te bendice tal como lo ha prometido, prestarás a muchas naciones sin necesidad de tomar de ellas prestado. Dominarás a muchos pueblos, y ellos no te dominarán. (Deuteronomio 15, 6)

  • y escribirás en ellas todas las palabras de esta ley cuando hayas cruzado para entrar en la tierra que el Señor, tu Dios, te da, tierra que mana leche y miel, como te lo ha prometido el Señor, el Dios de tus padres. (Deuteronomio 27, 3)

  • El Señor hará con ellas lo que hizo con Sijón y con Og, reyes de los amorreos, y con sus países, los cuales destruyó. (Deuteronomio 31, 4)

  • Éstas fueron las ciudades asignadas a todos los israelitas y al extranjero residente, para que se refugiara en ellas el homicida involuntario y no cayera en manos del vengador de sangre antes de haber comparecido ante la asamblea. (Josué 20, 9)

  • Manasés no pudo echar a los habitantes de Betsán, de Tanac, de Dor, de Yibleán y de Meguido, con sus respectivas ciudades dependientes; los cananeos siguieron viviendo en ellas. (Jueces 1, 27)

  • Y le dieron setenta monedas de plata del templo de Baal Berit. Con ellas Abimelec pagó el sueldo a mercenarios y aventureros que le siguieron. (Jueces 9, 4)

  • Los jefes de los filisteos le llevaron las siete cuerdas humedecidas, sin secar, y Dalila lo ató con ellas. (Jueces 16, 8)


“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina