Encontrados 1007 resultados para: Ben

  • Que él te dé la bendición de Abrahán, a ti y a tus descendientes contigo, para que poseas la tierra en que resides, la que Dios dio a Abrahán". (Génesis 28, 4)

  • Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y le había enviado a Padán Arán para que se casara allí, y que al bendecirle le había dado esta orden: "No te cases con una cananea"; (Génesis 28, 6)

  • Tu descendencia será como el polvo de la tierra; te extenderás a oriente y a occidente, al norte y al sur. Por ti y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra. (Génesis 28, 14)

  • Lía concibió y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, pues dijo: "El Señor ha visto mi humillación; ahora mi marido me amará". (Génesis 29, 32)

  • Rubén, al tiempo de la siega de los trigos, fue por los campos y encontró mandrágoras, y se las trajo a su madre Lía. Y Raquel dijo a Lía: "Dame, por favor, las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 14)

  • Labán le dijo: "¡Si he hallado gracia a tus ojos, quédate! He adivinado que el Señor me ha bendecido gracias a ti". (Génesis 30, 27)

  • Poco, realmente, era lo que tenías antes de mi venida, mientras que ahora ha aumentado grandemente bajo mi dirección y el Señor te ha bendecido. Pero ¿cuándo podré hacer yo también algo por mi casa?". (Génesis 30, 30)

  • Labán se levantó de madrugada, besó a sus nietos y a sus hijas, los bendijo y regresó a su lugar. (Génesis 32, 1)

  • El hombre dijo a Jacob: "Suéltame, que ya raya el alba"; Jacob respondió: "No te soltaré si antes no me bendices". (Génesis 32, 27)

  • Jacob le preguntó: "Por favor, ¿cómo te llamas?". Él respondió: "¿Por qué quieres saber cómo me llamo?". Y allí mismo le bendijo. (Génesis 32, 30)

  • Dios se apareció de nuevo a Jacob, a su vuelta de Padán Arán, y le bendijo (Génesis 35, 9)

  • En el momento de entregar el alma, pues ella murió, le llamó Benoní; pero su padre le llamó Benjamín. (Génesis 35, 18)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina