Encontrados 1007 resultados para: Ben

  • ¿No son todos ellos espíritus encargados de un ministerio, enviados al servicio de aquéllos que deben heredar la salvación? (Hebreos 1, 14)

  • Pero al que fue rebajado un poco con relación a los ángeles, Jesús, le vemos coronado de gloria y dignidad por haber sufrido la muerte; de modo que, por la gracia de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. (Hebreos 2, 9)

  • Y como, por una parte, es cierto que algunos deben entrar en él, y, por otra, los primeros que recibieron la buena nueva no entraron a causa de su desobediencia, (Hebreos 4, 6)

  • En efecto, la tierra que absorbe el agua caída repetidas veces sobre ella y que produce frutos abundantes para aquellos que la cultivan, recibe la bendición de Dios; (Hebreos 6, 7)

  • diciendo: Sí, te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia. (Hebreos 6, 14)

  • En efecto, este Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, que salió al encuentro de Abrahán cuando éste volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, (Hebreos 7, 1)

  • Aquellos que de la tribu de Leví reciben el sacerdocio tienen el mandato, según la ley, de exigir la décima parte de todo al pueblo, es decir, a sus hermanos, aunque también ellos pertenezcan a la posteridad de Abrahán; (Hebreos 7, 5)

  • sin embargo, uno que no desciende de él por generación recibió la décima parte del botín conquistado por Abrahán y bendijo al portador de la promesa. (Hebreos 7, 6)

  • Ahora bien, está fuera de duda que el inferior es bendecido por el superior. (Hebreos 7, 7)

  • Además, los que aquí reciben la décima parte son hombres mortales; mientras que allí, uno de quien se afirma que vive. (Hebreos 7, 8)

  • Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú con vistas al futuro. (Hebreos 11, 20)

  • Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y se postró ante Dios apoyándose en la empuñadura de su bastón. (Hebreos 11, 21)


“O verdadeiro servo de Deus é aquele que usa a caridade para com seu próximo, que está decidido a fazer a vontade de Deus a todo custo, que vive em profunda humildade e simplicidade”. São Padre Pio de Pietrelcina