Encontrados 226 resultados para: nuestra

  • Además, él ha sido designado por las Iglesias como nuestro compañero de viaje en esta obra de generosidad, a la cual nos consagramos para gloria del Señor y como prueba de nuestra buena voluntad. (II Corintios 8, 19)

  • Nuestra intención, es evitar toda crítica con respecto a la abundante colecta que tenemos a nuestro cuidado, (II Corintios 8, 20)

  • No sea que si alguno de los hermanos de Macedonia va a visitarlos conmigo y los encuentra desprevenidos, nuestra gran confianza se convierta en vergüenza para nosotros, por no decir para ustedes. (II Corintios 9, 4)

  • Les ruego que cuando esté entre ustedes no me vea obligado a ejercer esa severidad que pienso emplear resueltamente contra aquellos que suponen que nuestra conducta se inspira en motivos carnales. (II Corintios 10, 2)

  • Nosotros, por nuestra parte, no nos gloriamos más allá de lo debido, sino que usamos la medida que Dios mismo nos ha fijado al hacernos llegar hasta ustedes. (II Corintios 10, 13)

  • Nosotros no nos gloriamos más allá de lo que corresponde, aprovechándonos de los trabajos ajenos. Al contrario, abrigamos la esperanza de que, al crecer la fe de ustedes, se amplíe nuestro campo de acción, siempre de acuerdo con nuestra norma de conducta. (II Corintios 10, 15)

  • Sí, nosotros nos regocijamos de ser débiles, con tal de que ustedes sean fuertes. Lo que pedimos en nuestra oración es que lleguen a ser perfectos. (II Corintios 13, 9)

  • Ahora bien, si al buscar nuestra justificación en Cristo, resulta que también nosotros somos pecadores, entonces Cristo está al servicio del pecado. Esto no puede ser, (Gálatas 2, 17)

  • Pero hay otra Jerusalén, la celestial, que es libre, y ella es nuestra madre. (Gálatas 4, 26)

  • Ese Espíritu es el anticipo de nuestra herencia y prepara la redención del pueblo que Dios adquirió para sí, para alabanza de su gloria. (Efesios 1, 14)

  • Todos nosotros también nos comportábamos así en otro tiempo, viviendo conforme a nuestros deseos carnales y satisfaciendo las apetencias de la carne y nuestras malas inclinaciones, de manera que por nuestra condición estábamos condenados a la ira, igual que los demás. (Efesios 2, 3)

  • Porque Cristo es nuestra paz: él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, (Efesios 2, 14)


“Deus sempre nos dá o que é melhor para nós.” São Padre Pio de Pietrelcina