Encontrados 226 resultados para: nuestra

  • Pero pedimos auxilio al Señor, y él escuchó nuestra voz y nos envió un Ángel que nos sacó de Egipto. Ahora estamos en Cades, la población que está al borde de tu territorio. (Números 20, 16)

  • Pasaremos como guerreros a la tierra de Canaán, a las órdenes del Señor, pero conservaremos nuestra propiedad hereditaria al otro lado del Jordán". (Números 32, 32)

  • Y cuando los israelitas celebren el año del jubileo, la herencia de ellas se sumará a la de la otra tribu y será sustraída del patrimonio de nuestra tribu. (Números 36, 4)

  • Y esta será nuestra justicia: observar y poner en práctica todos estos mandamientos delante del Señor, nuestro Dios, como él nos lo ordenó". (Deuteronomio 6, 25)

  • Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. Él vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, (Deuteronomio 26, 7)

  • pero temí que sus enemigos se jactaran, que cayeran en el error y dijeran: ‘Nuestra mano ha prevalecido, no es el Señor el que hizo todo esto’. (Deuteronomio 32, 27)

  • Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca: nuestros mismos enemigos lo confirman. (Deuteronomio 32, 31)

  • Los hombres le respondieron: "Nosotros responderemos por ustedes con nuestra vida, con tal que no nos delates. Cuando el Señor nos entregue este país, te trataremos con bondad y lealtad". (Josué 2, 14)

  • Estos son los odres de vino: eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están aquí, todos rotos. Y estas son nuestra ropa y nuestras sandalias, gastadas por un viaje excesivamente largo". (Josué 9, 13)

  • "¡El Dios de los dioses, el Señor, lo sabe perfectamente, y que también lo sepa Israel! Si ha habido de nuestra parte rebelión contra el Señor o infidelidad hacia él, que él no nos salve en este día. (Josué 22, 22)

  • Pero el hombre dijo a Joab: "Aunque pudiera pesar en la palma de mi mano mil siclos de plata, no atentaría contra el hijo del rey. Porque en presencia nuestra el rey les impartió esta orden, a ti, a Abisai y a Itai: ‘¡Cuídenme bien al joven Absalón!’. (II Samuel 18, 12)

  • Ella dijo a su marido: "Mira, me he dado cuenta de que ese que pasa siempre por nuestra casa es un santo hombre de Dios. (II Reyes 4, 9)


“Caminhe com alegria e com o coração o mais sincero e aberto que puder. E quando não conseguir manter esta santa alegria, ao menos não perca nunca o valor e a confiança em Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina