Encontrados 301 resultados para: fuera
Naamán dijo entonces: "De acuerdo; pero permite al menos que le den a tu servidor un poco de esta tierra, la carga de dos mulas, porque tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses, fuera del Señor. (II Reyes 5, 17)
El rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes del umbral, que sacaran del Templo del Señor todos los objetos fabricados en honor de Baal, de Aserá y de todo el Ejército de los cielos; los quemó fuera de Jerusalén, en los baldíos del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)
Sacó del Templo del Señor el poste sagrado, y lo llevó fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón; allí lo quemó hasta reducirlo a polvo, y arrojó el polvo a la fosa común. (II Reyes 23, 6)
Aquel día David dispuso por primera vez que el Señor fuera alabado por Asaf y sus hermanos de esta manera: (I Crónicas 16, 7)
Sí, Señor, no hay nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, por todo lo que hemos escuchado con nuestros propios oídos. (I Crónicas 17, 20)
Tú has hecho que tu pueblo Israel fuera tu Pueblo para siempre, y tú, Señor, eres su Dios. (I Crónicas 17, 22)
Así contrataron treinta y dos mil carros de guerra y al rey de Maacá con sus tropas, que fueron a acampar frente a Madabá, mientras los amonitas se concentraban fuera de sus ciudades y acudían al combate. (I Crónicas 19, 7)
Sin embargo, el Señor, el Dios de Israel, me eligió entre toda mi familia, a fin de que yo fuera rey de Israel para siempre. Porque él eligió como guía a la tribu de Judá, y entre las familias de Judá, a la casa de mi padre; y entre los hijos de mi padre se complació en mí para hacerme rey sobre todo Israel. (I Crónicas 28, 4)
‘Desde el día en que hice salir del país de Egipto a mi pueblo, no elegí otra ciudad, entre todas las tribus de Israel, para que allí se edificara una Casa donde residiera mi Nombre, ni elegí a otro hombre para que fuera príncipe de mi pueblo Israel, (II Crónicas 6, 5)
El rey hizo que la plata fuera en Jerusalén tan común como las piedras, y que la madera de cedro fuera tan abundante como los sicomoros de la Sefelá. (II Crónicas 9, 27)
a todo el que no buscara al Señor, el Dios de Israel, se lo haría morir, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. (II Crónicas 15, 13)
Dios nuestro, ¿no harás justicia contra ellos? Porque nosotros no tenemos fuera contra esta gran multitud que viene a atacarnos, y no sabemos qué hacer. Pero nuestros ojos están puestos en ti". (II Crónicas 20, 12)