Encontrados 281 resultados para: vil

  • Los que lo oían quedaban maravillados y decían: «¡Y pensar que en Jerusalén perseguía a muerte a los que invocaban este Nombre! Pero, ¿no ha venido aquí para encadenarlos y llevarlos ante los jefes de los sacerdotes? (Hecho de los Apóstoles 9, 21)

  • Pero chocaron contra un banco de arena y el barco quedó encallado: la proa se clavó y quedó inmóvil, mientras la popa se iba destrozando por los golpes violentos de las olas. (Hecho de los Apóstoles 27, 41)

  • Tu acción de gracias habrá sido maravillosa, pero a él no le ayuda en nada. (1º Carta a los Corintios 14, 17)

  • Rogarán a Dios por ustedes y les tendrán cariño por la maravillosa gracia que derramó sobre ustedes. (2º Carta a los Corintios 9, 14)

  • Y no hay que maravillarse, pues si Satanás se disfraza de ángel de luz, (2º Carta a los Corintios 11, 14)

  • El que se alista en el ejército trata de complacer al que lo contrató, y no se mete en negocios civiles. (2º Carta a Timoteo 2, 4)

  • y saborearon la maravillosa palabra de Dios con una experiencia del mundo futuro. (Carta a los Hebreos 6, 5)

  • Y no fue la sangre de chivos o de novillos la que le abrió el santuario, sino su propia sangre, cuando consiguió de una sola vez la liberación definitiva. (Carta a los Hebreos 9, 12)

  • Pero ustedes son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios hizo suyo para proclamar sus maravillas; pues el los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. (1º Carta de Pedro 2, 9)

  • Ahora, sin embargo, estos hombres se dejan llevar por locuras parecidas: envilecen sus cuerpos y desprecian a las autoridades celestiales. (2º Carta de Pedro 3, 8)

  • A pesar de todo esto, ahora, esos hombres obran igualmente: en su delirio, envilecen sus cuerpos, desprecian lo que viene del Señor, blasfeman contra los ángeles. (Carta de Judas 1, 8)

  • Decía la voz al ángel de la sexta trompeta: «Suelta a los cuatro ángeles inmovilizados a orillas del gran río Eufrates.» (Apocalipsis 9, 14)


“Leve Deus aos doente; valera’ mais do que qualquer tratamento!” São Padre Pio de Pietrelcina