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Jesús agregó: «¿No han leído cierta Escritura? Dice así: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio; ésa fue la obra del Señor y nos dejó maravillados. (Evangelio según San Mateo 21, 42)
¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes son como sepulcros bien pintados, que se ven maravillosos, pero que por dentro están llenos de huesos y de toda clase de podredumbre. (Evangelio según San Mateo 23, 27)
Porque se presentarán falsos mesías y falsos profetas, que harán cosas maravillosas y prodigios capaces de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos de Dios. (Evangelio según San Mateo 24, 24)
Esta es la obra del Señor, y nos dejó maravillados?» (Evangelio según San Marcos 12, 11)
Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. (Evangelio según San Lucas 2, 18)
Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño. (Evangelio según San Lucas 2, 33)
Todos lo aprobaban y se quedaban maravillados, mientras esta proclamación de la gracia de Dios salía de sus labios. Y decían: «¡Pensar que es el hijo de José!» (Evangelio según San Lucas 4, 22)
Mientras Jesús hablaba, sus adversarios se sentían avergonzados; en cambio la gente se alegraba por las muchas maravillas que le veían hacer. (Evangelio según San Lucas 13, 17)
Y como no acababan de creerlo por su gran alegría y seguían maravillados, les dijo: «¿Tienen aquí algo que comer?» (Evangelio según San Lucas 24, 41)
Si uno quiere sobresalir, no actúa a escondidas. Tú, que haces maravillas, date a conocer al mundo.» (Evangelio según San Juan 7, 4)
cretenses y árabes. Y todos les oímos hablar en nuestras propias lenguas las maravillas de Dios.» (Hecho de los Apóstoles 2, 11)
Al ver esto, Pedro se dirigió al pueblo y les dijo: «Israelitas, ¿por qué se quedan tan maravillados? Ustedes nos miran como si hubiéramos hecho caminar a este hombre por nuestro propio poder, o por ser unos santos. (Hecho de los Apóstoles 3, 12)