Encontrados 839 resultados para: Ojo

  • Por eso Yavé se enojó ese día e hizo este juramento: (Números 32, 10)

  • Yavé se enojó y durante cuarenta años los hizo andar por el desierto, hasta que se acabó toda aquella generación que había obrado mal a los ojos de Yavé. (Números 32, 13)

  • Cuando el país esté sometido a Yavé, volverán a su tierra, y ni Yavé ni Israel los podrán reprochar: esta tierra será de ustedes a los ojos de Yavé. (Números 32, 22)

  • Pero si no expulsan delante de ustedes a los habitantes del país, los que queden serán para ustedes como espinas en los ojos y aguijones en los costados. A ustedes los hostigarán en el país en que van a vivir, y yo los trataré a ustedes en la forma en que pensaba tratarlos a ellos. (Números 33, 55)

  • Por culpa de ustedes Yavé se enojó también conmigo y me dijo: Tampoco tú entrarás allí; (Deuteronomio 1, 37)

  • Pero ustedes vuelvan atrás y partan hacia el desierto del Mar Rojo . (Deuteronomio 1, 40)

  • Luego volvimos al desierto por el camino del Mar Rojo, como Yavé me había ordenado, y anduvimos largo tiempo rodeando los cerros de Seir. (Deuteronomio 2, 1)

  • salvo la de los animales, que fueron parte del botín como los despojos de las ciudades que ocupamos. (Deuteronomio 2, 35)

  • Solamente guardamos los despojos de las ciudades y todo el ganado. (Deuteronomio 3, 7)

  • En aquel tiempo di también instrucciones a Josué. Le dije: 'Con tus propios ojos has visto lo que Yavé ha hecho con estos dos reyes: así lo harás con todos los reinos donde has de pasar; (Deuteronomio 3, 21)

  • Has visto con tus propios ojos lo que hizo Yavé en Baal-Peor, pues acabó con todos aquellos que se fueron tras el baal. (Deuteronomio 4, 3)

  • Si las guardan y las practican, pasarán por sabios e inteligentes a los ojos de los pueblos que tengan conocimiento de todas estas leyes; y dirán: ¡Qué pueblo tan grande! Sólo él tiene sabiduría e inteligencia . (Deuteronomio 4, 6)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina