Encontrados 839 resultados para: Ojo

  • Hicieron también a la Morada otra cubierta de pieles de carnero, teñidas de rojo, y sobre ésta otra cubierta de cueros finos. (Exodo 36, 19)

  • el toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, el toldo de cueros finos y el velo protector; (Exodo 39, 34)

  • Pues no hay duda de que era cometió un delito a los ojos de Yavé.» (Levítico 5, 19)

  • Moisés lo sacrificó y, tomando su sangre, mojó el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, el pulgar de su mano derecha y el pie derecho. (Levítico 8, 23)

  • Entretanto Moisés quiso cerciorarse acerca del macho cabrío del sacrificio por el pecado; pero vio que había sido quemado. Se enojó con Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado a Aarón, (Levítico 10, 16)

  • Si la gente del pueblo cierra sus ojos respecto de ese hombre cuando entrega su descendencia para Moloc y no lo hace morir, (Levítico 20, 4)

  • Ningún varón que tenga un defecto presentará las ofrendas: ya sea ciego o cojo, desfigurado o desproporcionado, (Levítico 21, 18)

  • o que sea jorobado, enano o bisojo, sarnoso y tiñoso, o con los testículos aplastados. (Levítico 21, 20)

  • fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; se hará la misma lesión que él ha causado al otro. (Levítico 24, 20)

  • Estará en casa de su patrón, año tras año, como quien trabaja a jornal. No permitas que se le trate con dureza ante tus ojos. (Levítico 25, 53)

  • entonces miren lo que haré yo con ustedes. Mandaré sobre ustedes el terror, la peste y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Ustedes sembrarán en vano la semilla, pues se la comerán los enemigos. (Levítico 26, 16)

  • Me acordaré en su favor de la alianza hecha con sus padres a quienes saqué de la tierra de Egipto ante los ojos de las naciones, para ser su Dios: ¡yo soy Yavé!» (Levítico 26, 45)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina