Encontrados 839 resultados para: Ojo

  • ¡Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! (Números 6, 25)

  • Moisés le replicó: "¡Por favor, no nos dejes! Tú conoces los lugares donde tendremos que acampar en el desierto, tú serás nuestro ojo! (Números 10, 31)

  • El pueblo murmuró malvadamente a los oídos de Yavé. Yavé lo oyó y se enojó: se encendió el fuego de Yavé contra el pueblo y devoró las primeras tiendas del campamento. (Números 11, 1)

  • El maná era como la semilla del cilantro, se parecía a un manojo de malvavisco. (Números 11, 7)

  • Así será sus flecos y cuando los vean, se acordarán de todos los mandamientos de Yavé. De esta manera los pondrán en práctica y no seguirán las malas inclinaciones de su corazón o de sus ojos que los arrastran a la infidelidad. (Números 15, 39)

  • ¿Piensas que nos trajiste a una tierra que mana leche y miel? ¡Si ni siquiera nos has dado campos ni viñas! ¿Crees que toda esa gente está ciega? ¡No iremos, pues!" Moisés se enojó mucho y dijo a Yavé: "No mires su ofrenda, no les he quitado nada, ni siquiera un burro, ni les he hecho daño a ninguno de ellos". (Números 16, 14)

  • Entonces Yavé abrió los ojos de Balaam: vio al ángel de Yavé de pie en medio del camino, con su espada desenvainada en la mano. Se arrodilló y se postró con su nariz en tierra. (Números 22, 31)

  • oráculo del que escucha las palabras de Dios, que ve lo que el Dios de la Estepa le da a ver, que se postra, y Dios le abre los ojos. (Números 24, 4)

  • Se enojó Balac con Balaam; golpeó las manos, y le dijo: "¡Te hice venir para que maldijeras a mis enemigos, y tú, en cambio, los has bendecido tres veces! (Números 24, 10)

  • oráculo del que escucha las palabras de Dios y que posee la ciencia del Altísimo, que ve lo que el Dios de la Estepa le deja ver, que se postra, y Dios le abre los ojos. (Números 24, 16)

  • Habiendo reunido todo el botín y los despojos, hombres y bestias, (Números 31, 11)

  • Moisés se enojó contra los jefes de las tropas, jefes de mil y jefes de cien que volvían del combate. (Números 31, 14)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina