Sirácides (Eclesiástico), 9
8. Aparta tus ojos de una mujer hermosa; no te quedes mirando a una belleza desconocida. La belleza de una mujer ha hecho caer a muchos; ella basta para encender la pasión.
8. Aparta tus ojos de una mujer hermosa; no te quedes mirando a una belleza desconocida. La belleza de una mujer ha hecho caer a muchos; ella basta para encender la pasión.
“Pode-se manter a paz de espírito mesmo no meio das tempestades da vida”. São Padre Pio de Pietrelcina