12. Quédate, pues, con tus encantamientos y con tus numerosas brujerías, a las que te has dedicado desde tu juventud. ¡A ver si te ayudan en algo, o si puedes con ellos atemorizar a la desgracia!





“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina