34. Cuando el ejército de Timoteo supo que estaba allí el Macabeo, huyeron ante él; sufrieron una gran derrota, pues aquel día murieron unos ocho mil hombres.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina