Eclesiástico, 23
8. Por los labios queda preso el pecador, y por ellos tropiezan el malicioso y el soberbio.
8. Por los labios queda preso el pecador, y por ellos tropiezan el malicioso y el soberbio.
“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina