1. Salmo. Cántico para el sábado

2. Es bueno dar gracias al Señor y cantar a tu nombre, oh Dios altísimo;

3. publicar tu amor por la mañana y tu lealtad a lo largo de la noche,

4. con el laúd y con el arpa y al son de la cítara,

5. porque tú me alegras, Señor, con tus acciones, y ante la obra de tus manos yo grito de alegría.

6. ¡Qué grandes son tus obras, Señor; qué insondables tus designios!

7. Esto no lo entiende el hombre estúpido, y el insensato no comprende nada.

8. Aunque broten como la hierba los malvados y florezcan los obradores de injusticia, serán destruidos para siempre.

9. Pero tú, allá en lo alto, eres el Señor eternamente.

10. Todos tus enemigos serán destruidos, y los obradores de injusticia serán exterminados.

11. Tú aumentas mi fuerza como la del toro y me unges con aceite nuevo.

12. Mis ojos observan a los que me espían y mi oído oye a los malvados que se alzan contra mí.

13. El justo florecerá como palmera, crecerá como cedro del Líbano;

14. plantado en la casa del Señor, florecerá en los atrios de nuestro Dios.

15. En la vejez aún llevarán fruto, se mantendrán lozanos y floridos,

16. proclamando que el Señor es justo, mi roca; en él no hay nada de injusticia.





“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina