3. Cuando pensaban quedar ocultos con sus pecados secretos, bajo el oscuro velo del olvido, fueron ellos mismos inmersos en las tinieblas, espantados y despavoridos con fantasmas.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina