1. Se extiende poderosa de uno a otro extremo y todo lo gobierna convenientemente.

2. Yo la amé y busqué desde mi juventud, traté de hacerla mi esposa y quedé prendado de su hermosura.

3. Su intimidad con Dios manifiesta su abolengo, el Señor de todas las cosas la amó.

4. Ella está iniciada en la ciencia de Dios y es directora de sus obras.

5. Si la riqueza es una posesión codiciable en la vida, ¿qué más rico que la sabiduría que todo lo obra?

6. Y si la inteligencia obra, ¿quién entre los seres es más artista que ella?

7. Si uno ama la justicia, las virtudes son el fruto de su trabajo, porque enseña templanza y prudencia, justicia y fortaleza, y nada hay más útil para los hombres en la vida.

8. Si es una rica experiencia lo que uno ansía, ella sabe las cosas pasadas y entrevé las venideras; conoce los artificios del lenguaje y las soluciones de los enigmas; conoce de antemano los signos y prodigios, los momentos y los tiempos favorables.

9. Resolví, por tanto, hacer de ella la compañera de mi vida, sabiendo que sería mi consejera para el bien y mi consuelo en las tristezas y las penalidades.

10. Tendré por ella gloria entre las gentes y honor ante las naciones, aunque soy joven.

11. Al hacer justicia, se reconocerá mi agudeza, y a los ojos de los poderosos causaré admiración.

12. Si yo callase, aguardarán que hable; si hablo, me escucharán, y si prolongo mi discurso, pondrán el dedo sobre su boca.

13. Tendré por ella la inmortalidad y eterno recuerdo dejaré a los venideros.

14. Gobernaré pueblos, y las naciones se someterán a mí.

15. Al oír de mí me temerán los terribles tiranos; en medio del pueblo me muestro bueno y en la guerra valeroso.

16. Al volver a mi hogar descansaré junto a ella, porque su trato no tiene amargura, ni dolor la intimidad con ella, sino placer y gozo.

17. Meditando estas cosas dentro de mí, y considerando en mi corazón que la inmortalidad está en la comunión con la sabiduría,

18. en su amistad el honesto deleite, en los trabajos de sus manos riqueza inagotable, en su trato continuo la prudencia y buen nombre en tomar parte en sus discursos, corrí de un lado para otro buscando el modo de tomarla por esposa.

19. Era yo un niño bien dotado. Me tocó en suerte un alma buena.

20. O, mejor, siendo bueno, vine a un cuerpo incontaminado.

21. Sabiendo que no la conseguiría si Dios no me la daba y esto mismo era ya un acto de buen juicio: saber de quién venía este don , acudí al Señor y le supliqué, diciendo con toda mi alma:





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina