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II Macabeos, 15

27. Mientras combatían con las manos, con su corazón oraban a Dios; y así, magníficamente confortados con la presencia manifiesta de Dios, hicieron morder el polvo a no menos de treinta y cinco mil enemigos.

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El Capítulo 15 de 2 Macabees narra la batalla final entre los judíos dirigidos por Judas Macabeu y las fuerzas del Antíoco. Durante la batalla, Judas y sus hombres confían en Dios para protegerlos y superar la guerra. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

2 Samuel 22:33: "Es Dios quien me da con fuerza y ​​hace que mi camino sea perfecto". Judas y sus hombres confían en Dios para darles la fuerza y ​​la orientación necesarias para superar la batalla.

Salmo 18:2: "El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi liberador". Los judíos confían en Dios como su roca y fortaleza, sabiendo que los protegerá y los liberará.

Isaías 41:10: "No tengas miedo, porque estoy contigo; no te persigas, porque yo soy tu Dios; te fortalezco y te ayudo, y te apoyo con mi fiel mano derecha". Dios promete estar con Judas y sus hombres durante la batalla, fortalecerlos, ayudarlos y apoyarlos con su mano derecha.

1 Corintios 15:57: "Pero gracias a Dios que nos da la victoria a través de nuestro Señor Jesucristo". Judas y sus hombres reconocen que la victoria es posible solo a través de Dios, y le agradece por darles victoria.

2 Timothy 4:7: "Luché la buena pelea, terminé mi carrera, mantuve la fe". Judas y sus hombres pelean valientemente la batalla final, confiando en Dios para protegerlos y, al final, pueden superar la buena lucha.





“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina