Salmos, 146
3. No pongas tucconfianza en los que mandan, ni en el mortal, que no puede salvarte;
3. No pongas tucconfianza en los que mandan, ni en el mortal, que no puede salvarte;
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina