34. Y añadió: "Dispersaos entre el pueblo y decidle que cada uno traiga su buey y su oveja y los sacrifiquen aquí; después los comeréis sin pecar contra el Señor comiendo la carne con la sangre". Aquella noche cada uno llevó lo que tenía a mano y lo sacrificó allí.





“Procuremos servir ao Senhor com todo o coração e com toda a vontade. Ele nos dará sempre mais do que merecemos.” São Padre Pio de Pietrelcina