28. Joab, que había seguido el partido de Adonías, y no el de Absalón, al enterarse de la noticia, se refugió en el santuario del Señor y se agarró a los cuernos del altar.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina