26. Les entregaron el novillo que eligieron, lo prepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "¡Oh, Baal, respóndenos!". Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía. Y ellos continuaban danzando en torno al altar que habían hecho.





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina