11. Entonces mismo, extendiendo las manos hacia la ventana, se puso a rezar así: "Bendito seas, Señor, Dios misericordioso, y por siempre sea bendito tu nombre; que por siempre tus obras te bendigan.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina