Cattolica Bibbia
 

I Crónicas, 20

4. Después de esto continuó la guerra en Guézer contra los filisteos. Fue entonces cuando Sibecay, el jusatita, mató a Sipay, un descendiente de los gigantes. Los filisteos quedaron sometidos.

Versi relativi a I Crónicas, 20:

El Capítulo 20 de 1 Chronicles registra las victorias del rey David sobre los filisteos y otros enemigos de Israel. David lideró al ejército israelí en varias batallas y ganó varias ciudades. A continuación hay cinco versos relacionados con los temas cubiertos en este capítulo:

2 Samuel 21:15 - "Todavía los filisteos hicieron la guerra a Israel; y bajaron a David, y con él sus sirvientes, y lucharon contra los filisteos; y David cansado". Este versículo muestra la continuación de la lucha contra los filisteos, mencionados en 1 Crónicas 20.

Salmo 60:12 - "En Dios haremos la destreza; porque él pisará a nuestros enemigos a los pies". Este salmo se atribuye a David y expresa su confianza en Dios para superar a sus enemigos.

Salmo 108:13 - "En Dios haremos destreza; porque calculará a nuestros oponentes a los pies". Este salmo es similar al anterior y también expresa confianza en Dios para superar los enemigos.

Isaías 25:8 - "Aniquilará la muerte para siempre, y así borrará al Señor Dios las lágrimas de todas las caras, y eliminará el reproche de su pueblo de toda la tierra; porque el Señor dijo". Este versículo habla sobre la promesa de Dios de poner fin al sufrimiento de su pueblo y eliminar la vergüenza que experimentaron en sus batallas.

Romanos 8:37 - "Pero en todas estas cosas somos más que ganadores, para quien nos amaba". Este versículo habla sobre la victoria de los cristianos en Jesucristo, que es más grande que cualquier victoria terrenal. Aunque no está directamente relacionado con las batallas de David, expresa una verdad espiritual relevante para cualquiera que luche contra la adversidad.





“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina