12. El año tercero, el año del diezmo, cuando hayas terminado de separar la décima parte de todos tus frutos y se los hayas dado al levita, al emigrante, a la viuda, al huérfano, para que puedan comer en tus ciudades todo lo que quieran,





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina