Fondare 330 Risultati per: vino

  • En el mes séptimo, Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisamá, que era de estirpe real y uno de los grandes del rey, vino con diez hombres a visitar a Godolías, hijo de Ajicán, en Mispá, y mientras estaba comiendo con él, (Jeremías 41, 1)

  • sino que haremos decididamente todo lo que nos hemos propuesto: quemar incienso y hacer ofrendas de vino a la reina del cielo, tal como hemos hecho nosotros y como hicieron nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. Entonces tuvimos pan hasta hartarnos, éramos felices y no veíamos desventuras. (Jeremías 44, 17)

  • Pero desde que hemos dejado de quemar incienso y de hacer ofrendas de vino a la reina del cielo, carecemos de todo y por la espada y el hambre nos hemos consumido. (Jeremías 44, 18)

  • Y cuando nosotras -añadieron las mujeres- quemamos incienso y hacemos ofrendas de vino a la reina del cielo, ¿acaso le hacemos tortas que representan su imagen y le presentamos ofrendas de vino a espaldas de nuestros maridos?". (Jeremías 44, 19)

  • Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres habéis llevado a cabo con vuestras manos lo que habíais prometido con vuestra boca: Cumpliremos puntualmente los votos que hemos hecho de quemar incienso y presentar ofrendas de vino a la reina del cielo. Pues bien, cumplid vuestros votos, llevadlos a la práctica. (Jeremías 44, 25)

  • Palabra que el Señor dirigió al profeta Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino con ánimo de atacar a Egipto. (Jeremías 46, 13)

  • Tranquilo ha vivido Moab desde su juventud; descansaba como vino en su poso, sin haber sido trasvasado jamás, sin haber partido al destierro. Por ello ha conservado su sabor y su aroma no se ha alterado. (Jeremías 48, 11)

  • Han desaparecido el gozo y la alegría del viñedo y de la campiña de Moab; he hecho que falte el vino en las cubas, el pisador no pisa ya, ni resuenan los cantos de alegría. (Jeremías 48, 33)

  • Una copa de oro era Babilonia en las manos del Señor; toda la tierra emborrachaba; de su vino bebieron las naciones, y por eso deliraban. (Jeremías 51, 7)

  • El jefe de la escolta se llevó también los barreños, los braseros, los acetres y las copas para las ofrendas de vino, todo lo que era de oro y plata. (Jeremías 52, 19)

  • Decían a sus madres: "¿Dónde está el pan y el vino?", mientras caían como heridos en las plazas de la ciudad y exhalaban su espíritu en el regazo de sus madres. (Lamentaciones 2, 12)

  • Les dirás: Esto dice el Señor: El águila grande, de las grandes alas, de enormes plumas, de espeso plumaje abigarrado, vino al Líbano y cortó la copa de un cedro; (Ezequiel 17, 3)


“Invoquemos sempre o auxílio de Nossa Senhora.” São Padre Pio de Pietrelcina