Fondare 136 Risultati per: sombra de tus alas

  • Estaban de pie serafines por encima de él, cada uno con seis alas: con dos cubrían el rostro; con dos, los pies, y con las otras dos volaban. (Isaías 6, 2)

  • Mi mano ha cogido, como un nido, las riquezas de los pueblos; como se toman huevos abandonados, he atrapado toda la tierra sin que moviera nadie las alas, abriera el pico y piara. (Isaías 10, 14)

  • Danos un consejo, toma una decisión, alarga tu sombra cual la noche en pleno mediodía; esconde a los dispersos y no traiciones al que huye. (Isaías 16, 3)

  • ¡Ay de la tierra del zumbido de alas, más allá de los ríos de Etiopía; (Isaías 18, 1)

  • porque tú eres un refugio para el desvalido, un refugio para el pobre en su angustia, abrigo contra el aguacero, sombra contra el calor; pues el soplo de los tiranos es como la lluvia que azota la pared, (Isaías 25, 4)

  • como el calor en tierra seca. Mas tú apaciguas el tumulto de los orgullosos; como el calor a la sombra de una nube, reprimes el canto de los tiranos. (Isaías 25, 5)

  • Han salido en dirección a Egipto, sin haber consultado a mi boca, para refugiarse al amparo del Faraón y acogerse a la sombra de Egipto. (Isaías 30, 2)

  • El amparo del Faraón será vuestra vergüenza; y el refugio de la sombra de Egipto, vuestro oprobio. (Isaías 30, 3)

  • Cada uno será como un refugio contra el viento y un abrigo contra la tempestad; como corrientes de agua en tierra seca, como la sombra de una gran peña en tierra ardiente. (Isaías 32, 2)

  • Voy a hacer retroceder diez grados la sombra que el sol ha descendido ya en el reloj de Acaz". Y el sol retrocedió diez grados de los que ya había descendido. (Isaías 38, 8)

  • Siéntate en silencio, escóndete en la sombra, hija de los caldeos, pues no se te volverá a llamar señora de los reinos. (Isaías 47, 5)

  • Hizo de mi boca una espada afilada, con la sombra de su mano me guardó; hizo de mí una flecha aguzada, en su aljaba me escondió. (Isaías 49, 2)


“Faltar com a caridade¨¦ como ferir a pupila dos olhos de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina