Fondare 536 Risultati per: entrada en el reino

  • y yo os voy a dar el reino como mi Padre me lo dio a mí, (Lucas 22, 29)

  • para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel". (Lucas 22, 30)

  • de Arimatea, ciudad de Judea, el cual no estaba de acuerdo con las actuaciones del tribunal y que esperaba el reino de Dios, (Lucas 23, 51)

  • Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios". (Juan 3, 3)

  • Jesús respondió: "Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. (Juan 3, 5)

  • Jesús se estremeció profundamente otra vez al llegar al sepulcro, que era una cueva con una gran piedra puesta en la entrada. (Juan 11, 38)

  • Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis súbditos lucharían para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi reino no es de aquí". (Juan 18, 36)

  • Después de su pasión se presentó a ellos, dándoles muchas pruebas evidentes de que estaba vivo: se apareció durante cuarenta días y les habló de las cosas del reino de Dios. (Hechos 1, 3)

  • Los que estaban con él le preguntaron: "Señor, ¿vas a restablecer ya el reino de Israel?". (Hechos 1, 6)

  • Pero cuando Felipe les habló del reino de Dios y de Jesucristo, hombres y mujeres creyeron en él y se bautizaron. (Hechos 8, 12)

  • Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que reinó durante cuarenta años. (Hechos 13, 21)

  • El sacerdote de Júpiter, que estaba a la entrada de la ciudad, llevó toros adornados con guirnaldas ante las puertas, y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. (Hechos 14, 13)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina