Fondare 391 Risultati per: campo de batalla

  • "Mira, Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a decirte: Cómprame el campo que tengo en Anatot, puesto que tú tienes el derecho de rescate para adquirirlo". (Jeremías 32, 7)

  • En efecto, conforme a la palabra del Señor, Janamel, mi primo, vino a verme, al patio de la prisión, y me dijo: "Compra el campo que tengo en Anatot, en la tierra de Benjamín, porque tú tienes el derecho de propiedad y el de rescate para adquirirlo". Comprendí que era una orden del Señor, (Jeremías 32, 8)

  • y compré a mi primo Janamel el campo de Anatot, y le pagué el precio: diecisiete monedas de plata. (Jeremías 32, 9)

  • A pesar de todo, tú, oh Señor Dios, me dices: Compra por dinero este campo y toma testigos, mientras la ciudad cae en manos de los caldeos". (Jeremías 32, 25)

  • los entregaré en manos de sus enemigos, en manos de aquellos que buscan su muerte. Sus cadáveres serán pasto de las aves del cielo y de las bestias del campo. (Jeremías 34, 20)

  • En cuanto los jefes de las tropas, que se habían dispersado por el campo con sus hombres, se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto al frente del país a Godolías, hijo de Ajicán, y que le había encomendado hombres, mujeres y niños, así como los pobres del país que no habían sido deportados a Babilonia, (Jeremías 40, 7)

  • Juan, hijo de Carej, y todos los jefes de las tropas que andaban dispersos por el campo se presentaron a Godolías, en Mispá, (Jeremías 40, 13)

  • Aunque hubo diez de aquellos hombres que dijeron a Ismael: "No nos mates, pues tenemos escondidas en el campo provisiones de trigo, cebada, aceite y miel". Y él los respetó y no los mató como a sus compañeros. (Jeremías 41, 8)

  • Más afortunados fueron los pasados a cuchillo que los muertos de hambre, que caen extenuados por falta de los frutos del campo. (Lamentaciones 4, 9)

  • Está fuera la espada; la peste y el hambre dentro; el que se encuentre en el campo caerá de hambre y peste. (Ezequiel 7, 15)

  • No habéis escalado a las brechas, ni habéis reconstruido los muros de la casa de Israel, para que pueda resistir en la batalla el día del Señor. (Ezequiel 13, 5)

  • Nadie hizo contigo estos deberes de piedad por compasión a ti, sino que, como un ser despreciable, fuiste expuesta en campo abierto el día de tu nacimiento. (Ezequiel 16, 5)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina