Fondare 346 Risultati per: amor

  • No obstante, se salvará por su condición de madre, si persevera con modestia en la fe, en el amor y en la santidad. (I Timoteo 2, 15)

  • Que nadie te menosprecie por ser joven; debes ser, más bien, ejemplo para los creyentes, en el modo de hablar, en el comportamiento, en el amor, en la fe, en la honestidad. (I Timoteo 4, 12)

  • Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males. Algunos, arrastrados por ese amor al dinero, se han apartado de la fe y están atormentados por muchos remordimientos. (I Timoteo 6, 10)

  • Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y practica la justicia, la religiosidad, la fe, el amor, la paciencia, la amabilidad. (I Timoteo 6, 11)

  • Pues el Señor no nos ha dado espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de prudencia. (II Timoteo 1, 7)

  • Conserva como modelo de sana doctrina lo que oíste de mí, con la fe y el amor de Cristo Jesús. (II Timoteo 1, 13)

  • Huye de las pasiones propias de la juventud, y practica la justicia, la fe, el amor, la paz con quienes invocan al Señor con corazón puro. (II Timoteo 2, 22)

  • Pero tú me has seguido de cerca en la doctrina, en mi conducta, en mis planes, en la fe, en la paciencia, en el amor, en la constancia, (II Timoteo 3, 10)

  • sólo me queda recibir la corona merecida, que en el último día me dará el Señor, justo juez; y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan con amor su venida. (II Timoteo 4, 8)

  • pues Dimas, llevado por el amor a las cosas de este mundo, me ha abadonado y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia, y Tito a Dalmacia. (II Timoteo 4, 10)

  • Que los ancianos sean sobrios, hombres ponderados, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia; (Tito 2, 2)

  • Pero Dios, nuestro Salvador, al manifestar su bondad y su amor por los hombres, (Tito 3, 4)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina