Fondare 94 Risultati per: siquiera

  • A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino, le concedo la libertad gratuitamente, y ninguno estará obligado a pagar impuestos, ni siquiera los del ganado. (I Macabeos 10, 33)

  • No se podía observar el sábado, ni celebrar las fiestas de nuestros padres, y ni siquiera declararse judío. (II Macabeos 6, 6)

  • después de haber escupido la carne, como deben hacerlo los que tienen el valor de rechazar lo que no está permitido comer, ni siquiera por amor a la vida. (II Macabeos 6, 20)

  • Con este suplicio murió el impío Menelao, sin ser ni siquiera sepultado en la tierra. (II Macabeos 13, 7)

  • El perezoso hunde su mano en el plato y ni siquiera es capaz de llevársela a la boca. (Proverbios 19, 24)

  • Inicia al niño en el camino que debe seguir, y ni siquiera en su vejez se apartará de él. (Proverbios 22, 6)

  • Porque todos sus días son penosos, y su ocupación, un sufrimiento; ni siquiera de noche descansa su corazón. También esto es vanidad. (Eclesiastés 2, 23)

  • Si un hombre tiene cien hijos y vive muchos años, por más numerosos que sean los días de sus años, si su alma no se sacia de felicidad y ni siquiera le dan sepultura, yo digo que un aborto es más feliz que él. (Eclesiastés 6, 3)

  • Sí, yo me puse a pensar en todo esto y vi que los justos, los sabios y sus acciones están en la mano de Dios. Pero el hombre ni siquiera sabe si es objeto de amor o de aversión. Todo lo que está ante él es vanidad, (Eclesiastés 9, 1)

  • Ni siquiera en privado maldigas al rey, y ni en tu habitación maldigas a un rico, porque un pájaro puede hacer correr la voz y la indiscreción tiene alas. (Eclesiastés 10, 20)

  • Su alma era agradable al Señor, por eso, él se apresuró a sacarlo de en medio de la maldad. La gente ve esto y no lo comprende; ni siquiera se les pasa por la mente (Sabiduría 4, 14)

  • La ambición del artista contribuyó a extender este culto, atrayendo incluso a los que ni siquiera conocían al rey, (Sabiduría 14, 18)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina