17. porque Jerusalén será de nuevo edificada, la ciudad que es morada para siempre. Bienaventurado seré si el resto de mi raza puede contemplar tu gloria y dar gracias al rey del cielo. Las puertas de Jerusalén serán construidas con zafiro y esmeraldas, y todas sus murallas con piedras preciosas. Las torres de Jerusalén serán reconstruidas con oro, y sus baluartes, con oro puro. Las plazas de Jerusalén serán pavimentadas con rubíes y con piedras de Ofir.





“Imitemos o coração de Jesus, especialmente na dor, e assim nos conformaremos cada vez mais e mais com este coração divino para que, um dia, lá em cima no Céu, também nós possamos glorificar o Pai celeste ao lado daquele que tanto sofreu”. São Padre Pio de Pietrelcina