4. Pues ni el escondrijo que los abrigaba pudo preservarlos del temor. Ruidos terroríficos resonaban a su alrededor, y sombríos fantasmas de rostros tristes se les aparecían.





“Padre, eu não acredito no inferno – falou um penitente. Padre Pio disse: Acreditará quando for para lá?” São Padre Pio de Pietrelcina