4. Pues ni el escondrijo que los abrigaba pudo preservarlos del temor. Ruidos terroríficos resonaban a su alrededor, y sombríos fantasmas de rostros tristes se les aparecían.





“Aquele que procura a vaidade das roupas não conseguirá jamais se revestir com a vida de Jesus Cristo.” São Padre Pio de Pietrelcina