Judit, 10
23. Cuando Judit se presentó ante él y sus ayudantes, todos se quedaron maravillados de la belleza de su rostro. Ella se postró en tierra, pero los ayudantes la levantaron.
23. Cuando Judit se presentó ante él y sus ayudantes, todos se quedaron maravillados de la belleza de su rostro. Ella se postró en tierra, pero los ayudantes la levantaron.
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina