11. Luego sacó los ojos a Sedecías y lo aherrojó con una doble cadena de bronce; finalmente, el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia y lo metió en la cárcel, donde estuvo hasta el día de su muerte.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina