34. Cuando tu pueblo salga a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú le hayas señalado, si te rezan a ti vueltos hacia la ciudad que tú has elegido y hacia el templo que yo he construido a tu nombre,





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina