7. Vi cómo alcanzó al carnero, cómo lo embistió, ebrio de cólera, y le quebró los dos cuernos, sin que el carnero tuviera fuerzas para hacerle frente; lo tumbó en tierra, lo pisoteó y no hubo quien librara al carnero vencido.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina